La policía ha desalojado a decenas de manifestantes pro-palestinos que habían forzado el cierre de Sciences Po, la elitista universidad parisina que se ha convertido en uno de los centros más activos de las acciones anti-Israel que se propagan en los campus de todo el mundo.
Los manifestantes fueron evacuados pacíficamente por orden del primer ministro Gabriel Attal, después de una ocupación nocturna que llevó a la administración a prohibir el acceso a la alma mater de la élite política y mediática francesa. Entre sus graduados se encuentran Attal, así como el presidente Macron y tres de sus cinco predecesores más recientes.
Aunque las tensiones en las universidades de Estados Unidos han dominado las noticias, las protestas se han extendido a los campus de toda Europa, incluyendo el Reino Unido, Italia, Alemania, Grecia y España. Otras manifestaciones han tenido lugar en Oriente Medio, India, América Latina, Australia y Canadá.
La ocupación nocturna en Sciences Po se produjo después de una sentada de dos días la semana pasada. La oficina del primer ministro dijo que las autoridades serían “absolutamente firmes” en la prevención de la interrupción de la vida universitaria.
Sciences Po, que tiene estrechos vínculos con la Universidad de Columbia en Nueva York, ha liderado la agitación francesa por la guerra en Gaza, pero también se han llevado a cabo sentadas pacíficas en la Sorbona de París y en varias universidades provinciales, mientras los estudiantes instan a los centros educativos a romper lazos con Israel e instituciones que lo apoyan. Un portavoz de Attal dijo que los manifestantes también habían sido desalojados de otros 23 lugares el jueves.
Valérie Pécresse, presidenta del consejo regional de París, suspendió su subsidio anual de 1 millón de euros a Sciences Po, citando el antisemitismo y la obstrucción de la vida universitaria.
La acción estudiantil, respaldada por el partido de oposición radical de izquierda Unbowed France, es vista por los políticos conservadores como el producto de la cultura de identidad de izquierda estadounidense que se ha extendido a las universidades francesas. Muchos señalan a la corriente de pensamiento deconstructivista de la escuela francesa que fue adoptada por la academia estadounidense después de los años 60 y su revuelta estudiantil francesa.
“La ideología de izquierda ‘woke’ y pro-islámica que está sacudiendo a las universidades estadounidenses y a sus auxiliares franceses no surgió de la nada”, dijo Luc Ferry, filósofo y exministro de educación. “Vienen de lejos, del legado de Mayo del 68 [un período de agitación civil en toda Francia]”.
Michel Winock, historiador que enseña en Sciences Po, dijo que los pensadores estadounidenses habían fusionado sus inclinaciones puritanas con las doctrinas de Jacques Derrida y Michel Foucault, los apóstoles deconstructivistas, para crear la intolerante cultura “progresista” que ahora se está filtrando en Europa.
Donald Trump dijo a sus seguidores en un mitin en Wisconsin el miércoles: “Hemos visto lo que sucedió cuando Europa abrió sus puertas al yihadismo. Miren París, miren Londres, ya no son reconocibles. No podemos permitir que eso suceda en nuestro país”.
Se dice que Macron quedó consternado cuando Irán publicó imágenes en línea de las protestas en Sciences Po junto con elogios del ayatolá Khamenei por las acciones estudiantiles.
Italia ha experimentado protestas generalizadas contra Israel, incluyendo enfrentamientos entre estudiantes y la policía, y las protestas estadounidenses provocaron una nueva ronda de manifestaciones.
En Berlín, 90 personas, algunas de ellas con bufandas palestinas, llevaron a cabo una sentada en la Universidad Humboldt. Julia von Blumenthal, presidenta de la universidad, fue interrumpida y llamada “sionista” cuando intentó dirigirse a la reunión.
Se han instalado campamentos de protesta en al menos siete universidades en Australia y en las principales universidades de Canadá, incluyendo McGill en Montreal, la Universidad de Toronto y la Universidad de Columbia Británica en Vancouver.
Información adicional de Tom Kington, David Crossland y Bernard Lagan